21 de Octubre del 2025

Análisis de Little Nightmares III - PC

El desafío de heredar una saga.

Little Nightmares III es una tercera parte que sigue la línea de las primeras entregas, con poca innovación y una apuesta por lo seguro. Prendo la PC, me pongo los auriculares y le doy a jugar en Steam. Antes de apretar "confirmar" en el joystick y empezar la partida single player, apago la luz. Porque esta saga —antes producida por Tarsier Studios y ahora a cargo de Supermassive Games, con Bandai Namco en la distribución— es ante todo una experiencia interactiva, y recién después un juego de plataformas y sigilo.

Jugabilidad

En esta ocasión podemos elegir entre dos protagonistas: Low y Alone, cada uno con vestimenta y herramientas propias. Low porta un arco, Alone una llave con múltiples usos. Al comenzar debemos optar por uno, decisión que se mantiene durante toda la historia. Sin embargo, esta elección apenas modifica el desarrollo: sólo cambia en mínimas secciones donde uno de los personajes debe abrir un camino que el otro no podría. Incluso el final es idéntico sin importar a quién controlemos.

La IA cumple correctamente, con pocas fallas. Hay algunos bugs menores —como animaciones que se interrumpen si el jugador se mueve un centímetro del punto exacto—, pero no afectan la experiencia general. Se extraña, eso sí, cierta innovación en la cooperación: hubiera sido interesante poder combinar habilidades, intercambiar personajes como en GTA V, o darle más sentido al gesto de tomarse de la mano o al grito susurrado.

A medida que avanza el juego, los puzles resultan bastante básicos, y los combates —tanto contra enemigos comunes como contra jefes— repiten la fórmula del timing preciso y el quick time event. No hay espacio para la creatividad ni para resolver las situaciones de formas alternativas, y repetir secuencias completas tras un error puede volverse tedioso. Una mecánica en particular (la del uso de cierta muñeca) recuerda al brillante nivel del reloj de Titanfall 2, pero sin alcanzar su ingenio.

Pese a estos baches, el ritmo general se sostiene: la tensión de las persecuciones y el suspenso de los acertijos simples logran mantener la atención. La campaña individual dura entre cuatro y cinco horas, una experiencia correcta pero sin casi valor de rejugabilidad, salvo para quienes buscan coleccionables o trofeos.

Narrativa

El juego nos devuelve al universo de The Nowhere, dividido esta vez en cuatro grandes escenarios: un desierto, una planta, un parque de diversiones y una mansión. Cada zona presenta un jefe con su propio diseño y mecánicas. Uno de ellos —una de ellas, mejor dicho— es el más memorable y el que mejor captura la esencia de las entregas anteriores. Los demás se sienten desaprovechados, generando expectativas que no terminan de resolverse.

La estructura fragmentada aporta variedad visual, pero debilita la cohesión narrativa. Las transiciones entre escenarios resultan difusas y el lore se apoya más en interpretaciones externas que en el propio juego. De hecho, varios puntos argumentales fueron aclarados después por la productora creativa Coralie Feniello en entrevistas, lo que deja la sensación de una historia incompleta.

Tampoco hay cierre para los que esperaban saber algo más de Six o Mono, protagonistas de los títulos anteriores.

Arte visual y sonoro

En lo técnico, Little Nightmares 3 brilla. Mantiene el estilo oscuro y opresivo de la saga, con escenarios que combinan lo grotesco y lo poético. La ambientación —a veces postapocalíptica, a veces claustrofóbica— remite a la ciudadela de Half-Life 2 o a los laboratorios de Portal 2, con esa sensación de soledad abrumadora tan característica.

Cada nivel tiene una identidad marcada, con texturas y sonidos meticulosamente diseñados. Los detalles visuales revelan pequeñas historias si uno observa con atención. La paleta es oscura pero coherente, con contrastes de luz que potencian la atmósfera siniestra. Subir el brillo puede ayudar a apreciar los entornos, aunque rompe la intención estética: este juego está hecho para jugarse en penumbras.

El trabajo sonoro es impecable. Jugar con auriculares es casi obligatorio: cada efecto y nota del soundtrack amplifica la tensión. El diseño auditivo es tan importante como el visual para sostener la inmersión. Es, sin duda, el aspecto más logrado del conjunto.

Conclusiones

Little Nightmares 3 apuesta a lo conocido. Supermassive Games entrega una experiencia sólida, visualmente hermosa, pero sin el riesgo o la originalidad que definieron a las entregas previas. Se nota el respeto por el material original, aunque también cierta cautela que le impide despegar. Es un título correcto y disfrutable, especialmente en modo cooperativo online —sin cross-play por ahora y sin pantalla dividida—, pero que deja un sabor a "gran DLC" más que a nueva entrega. Divierte, inquieta por momentos, pero no sorprende. Al mismo tiempo, su accesibilidad y ritmo más simple lo convierten en un buen punto de entrada para quienes nunca jugaron la saga, ideal para descubrir su universo sin necesidad de conocer el trasfondo de Six y Mono. La serie aún tiene mucho potencial; ojalá la próxima pesadilla se anime a soñar más alto.

Lo mejor

· La estética de los escenarios.

· El diseño de sonido.

· Algunos jefes y secciones puntuales.

Lo peor

· Falta de innovación en la jugabilidad.

· Exceso de prueba y error.

· Conexión narrativa difusa entre niveles.

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